jueves, 5 de mayo de 2011

El emperador de Atlanta

Las mascotas en el fútbol siempre han servido para representar algo. Desde el Mundial de 1966, desarrollado en Inglaterra, siempre hay una presente tanto en dicha competencia como también en las copas continentales. A pesar de que no siempre fueron animales, por ejemplo la mascota de la Copa del Mundo de 1978 llevada a cabo en Argentina fue un gauchito, todos cumplen la misma función: ser la otra cara del fútbol. Al igual que los bombos, banderas y cantitos, las mascotas son otro condimento que le agregan sabor al espectáculo. Estos "muñecos" pueden ser otra cuota de humor que le añade color al fútbol. Por otro lado, éstos no sólo se hacen presente en las competencias donde se enfrentan los seleccionados, sino que también concurren a varios partidos de diferentes ligas del mundo. En la mayoría de los casos, la mascota elegida responde al nombre o apodo del equipo que representa. En nuestro país, el cuervo acompaña a San Lorenzo de Almagro, el león a Estudiantes de La Plata, el gallo a Deportivo Morón, por sólo mencionar algunos casos. Entre 1936 y 1938, el Club Atlético Atlanta tuvo su propia mascota, pero ésta no era ningún hombre vestido de muñeco, ni ninguna figura gráifca; sino que era un perro, un perro con vida. Su nombre era Napoleón...

Napoleón era un perrito de color negro marca ACME, con antepasados de raza salchicha. A mediados de la década del 30', apareció una tarde en las instalaciones del Club Atlético Chacarita Juniors. El aquel entonces portero del club, Camilo Di Bella, lo recogió y se lo regaló a un vecino-amigo, Francisco Belón, socio Nº 84 de Atlanta (eterno rival de Chacarita) y seguro que fanático Nº1 del mismo. El dueño comenzó a enseñarle a su perro a hacer "malabares" con la pelota y este no tardó en demostrar sus habilidades. El animal entraba con el equipo a la cancha y posaba para la foto también, además de ladrarle a los rivales. En los entretiempos, entraba de nuevo al terreno de juego a jugar con el balón y lo mandaba de cabeza a la red cuando se lo arrojaba ya sea por el aire o de arrastrón. Comenzado el partido, corría detrás del alambrado por la línea lateral siguiendo los ataques de Atlanta, e incluso se ponía detrás del arco cuando había un córner. Volvía triste y calladito a su casa cuando el equipo perdía, y ladrando contento y coleando cuando ganaba. De a poco, los hinchas empezaron a responsabilizarlo por las victorias o empates sobre la hora a favor del bohemio. Napoleón se había convertido en una cábala y comenzaba a presenciar los cotejos de visitante luego de haber viajado camuflado en el tranvía. El 22 de Noviembre de 1936 Atlanta jugaba de visitante contra Talleres de Remedios de Escalada. Al momento de entrar al campo de juego, estallaron unas bombas de estruendo que hicieron que Napoleón huya asustado y se ausente por todo el primer tiempo, que terminó 5 a 1 a favor de los locales. En la segunda mitad, Napoléon había aparecido y Atlanta comenzó a convertir goles, uno atrás de otro. El encuentro finalizó 5 a 5 y quedó como un milagro hecho por el perro. Una tarde de Abril de 1938, el día 6 para ser más exactos, un grupo de hinchas se reunieron en la casa de Don Francisco para decidir cómo iban a esconder a la mascota en el ferrocarril Roca cuyo destino era La Plata, ciudad donde Estudiantes recibiría a Atlanta ese día. En medio de la discusión, alguien olvidó la puerta abierta, y Napoléon que salió corriendo de la casa fue atropellado en la calle Muñecas al 1300, Villa Crespo, por un auto negro a las 18:30 horas aproximádamente. Ante tantas propuestas sobre qué hacer con el cuerpo del difunto animal, el dueño decidió embalsamarlo. Napoleón ya en este último estado, luce un correaje con los colores azul y amarillo, coronado con un escudo de Atlanta de pañolenci y con una patita sobre una pelota; y descansó en paz durante muchos años en las vitrinas del club. Un día, Francisco, en desacuerdo con varias cuestiones políticas de la Comisión Directiva, decidió llevarlo a su casa y colocarlo sobre un modular. En el año 2004, Napoleón entró luego de muchísimo tiempo a la cancha en pleno festejos de los 100 años de Atlanta, aunque volvió a descansar a la casa de Osvaldo Belón, hijo de Francisco.
Esta debe ser una de las pocas historias donde los hinchas han aplaudido a un "perro" de su propio equipo. ¿Conocés alguna parecida? ¿Cuál es la mascota del equipo del cuál sos hincha?

23 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Muy buena historia compañero, como siempre deleitandonos. sALUDSO!

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  3. Muy buena entrada Marco, que horror de ortografía he cometido, quise decir el Águila del Benfica.
    Saludos

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  4. Hola
    Por aquí no tenemos ninguna mascota. Lo que más se le acercaría sería el "avi" del Barça. Una representación de un abuelo vestido de azulgrana, con su barba y todo. esta imagen tiene su origen en las revistas deportivas de principios del siglo XX.
    saludos

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  5. Que interesante, de verdad. me gustan las figuritas de los equipos. Recuerdo que hace muchos años eran redondas y se jugaba (yo veía a los niños) poniendolas en la pared y el que tiraba la última figurita (se lanzaban desde cierta distancia), se las llevaba todas...Buena entrada, me gusta la Historia y me lo paso bien leyendote. Un abrazo desde Barcelona. Salut

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  6. Hola, llegué a tu blog porque escribiste en uno de un seguidor del Almería, en España.
    Me gustaría si lo viste jugar o algo que te pasaras por el mío ya que el último post trata del jugador argentino Lucas Pratto.
    Le ves mucho futuro??Te gusta?
    Crees que dará el salto a otro equipo?

    Un saludo desde www.hablemosdeldeporterey.blogspot.com

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  7. La verdad que una nota muy interesante Marco, la verdad que está bueno que recuperemos un poco las buenas costumbres del fútbol antiguo!
    Tendría que haber algún Napoleón en algún equipo jaja

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  8. jaja que historia tan curiosa y entrañable.

    Yo soy del Valencia, y tenemos como mascota a un murciélago ya que dicho animal sale en el escudo del equipo, que a su vez también es símbolo del escudo de la ciudad. Saludos.

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  9. gran artículo Marco, una curiosa historia, en España a penas hay equipos con mascotas (vivas o en muñeco) un saludo, sigue así.

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  10. Interesante post Marco,no sabía que Atlanta había tenido una mascota,pero es un buen detalle,Saludos!

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  11. Lo más parecido que me suena es lo que comentan del águila del Benfica .

    Un saludo

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  12. Lindo post!!!
    Nosotros no tenemos pero, yo quiero un perrito de mascota riverplatense!!
    Slds!

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  13. Gran historia. Orgulloso de saber historias sobre clubes que ni conocía. Saludos

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  14. Qué grande Napoleón! Debe estar contento con el título de Atlanta.
    Te dejo el link del programa de radio que hago con una compañera en la cual hablamos de esta historia: http://sdepelota.blogspot.com/2010/12/escucha-el-programa-del-0412.html
    Un abrazo.

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  15. En Central no recuerdo ninguna mascota, la verdad... en la vereda de enfrente si hay un ave... pero mejor no digo nada.
    Saludos

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  16. Muchas gracias Julián, lo escucharé con gusto. ¿Ya conocías la historia entonces no?

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  17. Marco: sí, salió en la revista Un Caño de noviembre del 2010.
    Un abrazo.

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  18. Muy buena data Marco. Eso es lo que más me gusta de este blog, que uno se entera de curiosidades perdidas en el baúl de los clubes y vos las sacás a relucir con claridad. Seguí con este tipo de historias, porque nos reconforta a los apasionados de este hermoso deporte.
    Abrazo grande.

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  19. Muy buena recopilacion de datos, habia leido algo de la historia en El Grafico sino me equivoco en alguna oportunidad. Una verdadera mascota, con todas las letras. Cosas del futbol de otro tiempo, hoy es complicado pensar algo asi. A la primera derrota seguro querrian desterrar al perror por falta de resultados jajaja un saludo

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  20. Increible historia. Me ha encantado.
    Aqui el equipo no tiene mascota como tal, pero si utilizamos como simbolo el de la ciudad y region de Almeria, el indalo, el cual esta presente en el escudo del club.
    Saludos.

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  21. En el Barça no tenemos mascota, como comentaba Silvia un poco más arriba.
    En el Burgos hemos tenido un perro y a Cidito.

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  22. Marco: primero, gracias por pasarte pro mi blog, me gusto mucho el tuyo así que te agregue a la lista de lectura. Segundo, buenísima la historia en especial porque tengo muchos amigos bohemios pero aun así no la conocía. Yo soy calamar, aunque mi viejo y mis primos son del Tomba y eso hace que los siga casi igual que lo que sigo a platense. Lamentablemente no tenemos mascotas así que yo sepa :( Pero nos harían falta, a ver si volvemos a primera de una vez!!! Salu2

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